Los autónomos en España pueden aprovechar una serie de deducciones fiscales para mejorar la competitividad de sus negocios, según una guía publicada por Declarando.
Marta Zaragozá, CEO de Declarando, señala que «deducir los gastos que un autónomo tiene para desarrollar su actividad es fundamental a la hora de pagar menos impuestos. Pero, además, existen una serie de gastos que, por su naturaleza, pueden favorecer una mayor competitividad para los negocios de los autónomos, en la medida en que redundan en mejoras de los servicios y productos que ofrecen”. Según el informe, los autónomos pueden beneficiarse de cinco tipos de gastos deducibles, que no solo contribuyen a reducir la carga fiscal, sino también a mejorar la calidad y eficiencia de sus negocios.
1. Gastos de formación
La formación continua es uno de los pilares más importantes para cualquier autónomo que busque mantenerse competitivo. La capacitación constante es clave para mejorar el servicio y los productos que se ofrecen a los clientes. En este sentido, los autónomos pueden deducir el total de los gastos en formación que estén relacionados directamente con la actividad que desarrollan. Es importante resaltar que, para que esta deducción sea válida, la formación debe estar vinculada a la actividad profesional y el autónomo debe estar dado de alta en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos).
Este tipo de gasto puede incluir cursos, talleres, seminarios y cualquier tipo de capacitación que aporte valor al negocio, sin importar si se trata de una formación básica o avanzada. La deducción por gastos de formación permite a los autónomos adquirir nuevas habilidades sin que ello represente una carga adicional sobre su fiscalidad.
2. Gastos derivados de la compra y reparación de bienes de inversión
Los bienes de inversión, aquellos que superan un coste de 3.005,06 euros y que son utilizados durante más de un año en la actividad profesional, también pueden ser deducidos por los autónomos. Entre estos bienes se incluyen equipos informáticos, maquinaria, dispositivos electrónicos y otros activos fundamentales para llevar a cabo la actividad diaria.
Estos gastos pueden deducirse tanto en términos de IVA, siempre que se pueda justificar el uso exclusivo para la actividad, como en el IRPF, a través del proceso de amortización. La amortización permite a los autónomos deducir el valor de los bienes a lo largo de varios años, de acuerdo con su vida útil, lo que facilita la recuperación gradual del coste inicial.
3. Gastos de marketing y publicidad
El marketing y la publicidad son esenciales para que cualquier negocio crezca y gane visibilidad. Los autónomos pueden deducir los gastos realizados en campañas publicitarias, tanto en medios digitales como tradicionales.
La deducción de estos gastos permite a los autónomos invertir en la mejora de la imagen de su negocio y alcanzar a un público más amplio, lo que les permite competir de manera más efectiva en el mercado.
4. Deducir gastos por la compra o suscripción a herramientas digitales
En la actualidad, el uso de herramientas digitales se ha convertido en un factor clave para la competitividad de los negocios. Los autónomos pueden deducir cualquier pago realizado por la compra o suscripción a herramientas y aplicaciones online que optimicen su actividad profesional. Estas herramientas pueden incluir programas de diseño, plataformas de gestión de proyectos, software de gestión financiera, y servicios para la administración de redes sociales, entre otros.
5. Deducir gastos por la creación o el mantenimiento de una página web
Tener una página web funcional y actualizada favorece la visibilidad y el éxito de cualquier negocio. Los autónomos pueden deducir los gastos relacionados con el diseño, programación, actualización y mantenimiento de su sitio web. También se incluyen los gastos asociados al hosting, la compra de dominios y las cuentas de correo electrónico vinculadas al negocio.
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