Olvídese del todo a cien. China ya se está convirtiendo en uno de los grandes motores de la innovación global. Solo el año pasado, su ambicioso plan de inversiones en investigación y desarrollo rondó los 279.000 millones de dólares, según cifras oficiales. El presidente chino, Xi Jinping, aspira a que este país se haya transformado en el referente mundial en ciencia y tecnología para 2050. Y decenas de científicos e investigadores españoles se encuentran en la punta de lanza de estos proyectos. Desde la nanotecnología a la investigación genética, desde el diseño de presas a la transmisión de la literatura oral.
China es el lugar del mundo mejor para empezar un laboratorio y potenciar la carrera en todos los niveles de la investigación
Hace apenas unos años, el número de investigadores españoles en universidades y centros de estudio en China era muy limitado. Ahora, la Red de Investigadores China-España (RIC-E), creada en 2016 para divulgar el trabajo de estos expertos y promover las relaciones científicas bilaterales, cuenta con cerca de 50 asociados por todo el país, en las especialidades más diversas, y se espera que la cifra siga creciendo en el futuro próximo.
Mientras en otros países, como en España, la inversión en investigación se estanca o está plagada de complicaciones burocráticas, para China es una prioridad estratégica. La inversión en I+D, especialmente en áreas como la inteligencia artificial, el big data o la robótica, se han identificado a lo largo de sucesivos mandatos de líderes como claves para mantener el crecimiento económico del país y apuntalar su papel de potencia global.
Se va a construir mucho en los próximos cinco años. Eso quiere decir más proyectos, poder intervenir en cosas nuevas