Estados Unidos e Inglaterra impulsan una ley que pretende acabar con la promoción de productos ejecutada por influencers a través de diversas redes como: Instagram, Facebook, Twitter, entre otras, sin que se indique al público que el verdadero trasfondo es el de una estrategia publicitaria, según reseña el portal Prnoticias.
Sandra Vilajoana, profesora de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, aseguró que la medida es clara y que en el caso de que haya un acuerdo entre la marca y el influencer que genere cualquier tipo de remuneración o beneficio debe ser manifestado a través de la etiqueta #ad o #promo.
A juicio de Vilajoana este tipo de publicidad repercute en el principio de identificación, debido a que “el receptor da mucha más credibilidad a una opinión de un tercero, objetiva y no condicionada, que a un mensaje emitido por el propio anunciante”.
Por su parte, Elisenda Estanyol, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, manifestó que “las mejores campañas comerciales son las que no se venden como tales, las opiniones y valoraciones de prescriptores como los influenciadores generan más credibilidad y más receptividad que la publicidad”, y más en el marcado español donde la generación de los millenials es de un 39 por cierto y este grupo prácticamente no se interesa en la televisión y es muy poco atraído por las técnicas de mercadeo tradicional.
Gemma Segura, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, expresó que la relación de las empresas con los influencers “les permite comunicar un determinado estilo de vida asociado con la marca, unos valores, les ayuda a establecer una comunicación más fluida, empática, cercana y emocional con los consumidores”.
La nueva ley podría afectar este tipo de negocios, aunque según Vilajoana este tipo de “publicidad encubierta es una modalidad de publicidad engañosa, es ilícita y está prohibida también, por la legislación estatal”.