Alejandro Escario Méndez es un madrileño de 25 años, ingeniero de telecomunicaciones e informático de la Universidad CEU San Pablo, en Madrid (España).
Durante el 2015 diseñó una incubadora de bajo costo (cuna plástica y transparente que mantiene la temperatura y humedad ideales para los bebés prematuros), con el objetivo de que sea fácil de montar, sencilla de utilizar y de reparar en países en vías de desarrollo.
Para ponerla a prueba, su prototipo viajó desde San Pablo hasta el centro de salud Maternidad de Nikki, en Benin, al oeste de África, gracias a la colaboración del departamento de Voluntariado de la universidad con la Fundación Alaine. En dicho centro, la incubadora ya lleva siendo utilizada dos años.
De acuerdo con la Universidad CEU, el proyecto comenzó con un trabajo de documentación para conocer no solo qué existe y cómo son las incubadoras profesionales, sino qué es lo que necesitan en un país en vías de desarrollo, como Benin.